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Green Shoe: ¿qué es y para qué sirve?

Green Shoe

Aprovechamos la salida a bolsa de Facebook, para explicar un concepto importante en una colocación bursátil.

El Green Shoe se denomina a una cláusula en los contratos de colocación de OPV (Oferta Pública de Venta) u  OPS (Oferta Pública de Suscripción), en la cual se permite a los colocadores vender más acciones de las previstas (hasta un 15% adicional) en los casos que haya un gran exceso de demanda.

Este sistema fue creado para estabilizar el precio de la OPV en aquellos casos que se produzca una fuerte demanda y el valor se desbocara. Entonces, el problema se resuelve vendiendo acciones adicionales, obteniendo plusvalías sin riesgos, para el colocador. Este término tiene origen en la compañía Green Shoe Company, que utilizó esta cláusula hace 70 años.

Pongamos un ejemplo para aclarar las dudas. Dado el caso de una emisión inicial de 100 millones de acciones a 20 euros y con un 2% de comisión: en virtud del green shoe, se podrían comprar 15 millones de acciones adicionales al emisor y aumentar la colocación hasta un máximo de 115 millones, en el mes siguiente a la colocación y con el mismo precio y comisión.

La cláusula de green shoe genera una opción que los emisores de acciones sólo pueden ejercitar para cubrir una posición corta generada por la sobreasignación de acciones, razón por la cual en la práctica americana también se la llama opción de sobreasignación (overallotment option).

¿Es una opción de compra?

Por otro lado, en realidad, la Green Shoe es una opción de compra, debido a que los colocadores tienen el derecho, pero no la obligación, de comprar más acciones a un determinado precio. No obstante, las opciones de compra son para ganar dinero, pagando una prima adicional, pero en el caso de las Green Shoe lo que se busca es estabilizar la cotización en situaciones de sobredemanda.

Críticas

En el caso en el que los bancos de inversión ejecutan el Green Shoe como una opción, simplemente para ganar dinero vía plusvalías y comisiones, lo que les lleva al “incentivo perverso” de que ganan más dinero ejecutando todo el Green Shoe, haya o no sobredemanda, en cuanto la cotización supera un poco el precio de salida. Los reguladores deben vigilar que esta situación no se produzca.